Aprendizaje por competencias. La principal revolución del Lomloe es un cambio de enfoque en la forma de enseñar y aprender. A partir de un modelo centrado en los contenidos y la capacidad de los alumnos para repetirlos en los exámenes, la ley propone, en línea con lo que han tendido a hacer los países desarrollados en los últimos años, un sistema que tiene como objetivo que los alumnos desarrollen en su etapa, competencias que les permitan aplicar y relacionar los conocimientos que van adquiriendo, así como habilidades para desenvolverse en la vida y poder seguir aprendiendo por sí mismos cuando salgan del aula.
Libros de texto. Este modelo, llamado competencia, se ha reflejado en cada etapa educativa con los nuevos planes de estudios, los documentos que establecen qué se debe enseñar en cada materia y cómo evaluarlo, y en los que se basan las editoriales para elaborar los libros de texto. Las comunidades han completado la educación mínima establecida por el Ministerio de Educación agregando su parte regional del plan de estudios. Los gobernados por el PP han añadido más contenidos que los demás.
cursos impares. Estas materias con contenidos renovados entran en vigor en los cursos impares de cada etapa: primaria, ESO, bachillerato y FP. La razón es que las etapas educativas se organizan normalmente en ciclos de dos cursos. Y se considera mejor que quienes iniciaron uno de estos ciclos el año pasado con el modelo anterior lo terminen con él. En el curso 2023-2024, el cambio también se extenderá a niveles pares de todas las etapas.
Temas nuevos. Habrá temas nuevos. Entre ellos, la Educación obligatoria en valores cívicos, una suerte de reedición de la Educación para la ciudadanía lanzada hace 15 años, que los chicos deberán cursar en uno de los dos últimos cursos de primaria y en uno de la Educación secundaria obligatoria, como decidido por cada comunidad. Paralelamente, la materia de Religión dejará de tener valor en la nota media del expediente a la hora de solicitar becas o solicitar plaza en una carrera.
Más modalidades en bachillerato. El bachillerato pasará de tres a cinco modalidades. Dos de ellos corresponden a la división del bachillerato artístico en una rama enfocada a la música y las artes escénicas, y otra, a las artes plásticas, el diseño y la imagen. El quinto, denominado bachillerato general, que incluye cuatro materias nuevas, tendrá una implantación reducida, debido al retraso en la aprobación de los planes de estudios por parte del Gobierno y las comunidades autónomas y la inercia y equilibrio interno de los centros educativos.
Lo que ya entró en vigor el año pasado
Criterios de admisión a los centros. Los nuevos criterios de admisión en los centros escolares, con los que la ley ha intentado servir para combatir la segregación escolar y conseguir un reparto más equilibrado del alumnado vulnerable y con necesidades educativas entre la red pública y la red concertada, ya entraron en vigor el pasado curso. Sin embargo, su implementación por parte de las comunidades autónomas ha sido desigual. Algunas autonomías gobernadas por el PP, como Murcia o Madrid, han aprobado normas que carecen de impulso en esta dirección.
Títulos con suspenso. Entre los cambios introducidos el año pasado, el que más debate generó fue el nuevo sistema de superación y obtención de títulos oficiales, que en las etapas de la enseñanza obligatoria ya no puede depender de un número determinado de suspensos, sino que se deja a la discreción de lo que el equipo directivo considere, colectivamente, que será más beneficioso para la trayectoria educativa de los estudiantes. También en este caso las comunidades han hecho diferentes adaptaciones. Y los del PP, y en menor medida algunos gobernados por el PSOE, como Castilla-La Mancha o Extremadura, han puesto límites a la capacidad de decisión de los equipos directivos al establecer que, para superar el curso con más de dos suspensos, tendrán que Haber mayorías reforzadas entre los docentes, normalmente dos tercios.